Me pierdo en la lama de rayos de pensamiento y cuando acuerdo despertar presiento que debería estar mal. La torpeza de corazón y el bao de cerebro se esfuman y no vuelven.
Desperté y me dolieron los ojos, de hecho hoy descubrí que comienzo a tener esa bolsas que llama ojeras: hinchadas, moradas, que hacen más pequeños los ojos. Y realmente ¿me dicen algo? que pasando estoy por la senda de los madrazos con porras espinosas.
He hecho hasta lo que no y siempre regreso al punto de partida, no hay salida verdadera puesto que lo que comienzas acaba antes de haber sido empezado, así de sencillo.
Debo estar mal, algo me dice que debo estar mal...
Te has ido... por fin mi corazón entendió su duelo... me encorve en mi centro y me hice pequeña.
Ahora queda el ejercicio de pensar sin sentir emociones
Debo estar mal, de seguro esto no es nada, no existe esto.
1 comentario:
"Ahora queda el ejercicio de pensar sin sentir emociones"
me gustó mucho.
que te digo?
está bien cabrón.
hay que amarrarse los huevos!
y si no los tienes pos peor!
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