domingo, 16 de diciembre de 2007

Ayer sali con la esperanza de encontrar pinturas altaneras. Cruce media laguna para llegar a mi ambición, no sé, una corazonada me decía que algo nuevo me deparaba; sin embargo la sorpresa fue un fiasco. A veces creemos que hacemos lo que debemos hacer y sin embargo sólo hacemos lo que queremos hacer. Esta fue la noble verdad que ayer fue incrustada cual piedra fría en mi corazón.
Cuando te preguntas ¿por qué necesitas de los otros? para realizar tus empresas cuyo deseo vehemente te corroe, la respuesta es vaga. Esto lo menciono porque ayer me di cuenta que mis intereses y valores ya no eran los mismos que los de mi camarada, en su lengua sólo veía prismas huecos, palabras pereenes, ambiciones de plástico modeladas por su medio. Eso me hizo pensar en mi y en el otro, en lo que uno espera (de acuerdo a sí mismo) del prójimo. ¡Oh! gran error humano ha sido esto, querer moldear al Tú como imágen y semejanza nuestra, creer que lo que se da será en igual proporción a lo que se recibirá.
Entre cabilaciones que buscaban un orden, y entre preguntas sobre mi propia esencia llegue a la conclusión clásica con un amigo (de cuyo intelecto muchos quisieran participar) de que sabemos que sabemos, pero no sabemos porque sabemos. Fue la respuesta a mi pregunta ¿por qué necesito de los demás, se qué los necesito, pero por qué es esto así?

Será que sólo somos soledades que conviven, y cuyo viaje sólo puede ser llevado por una existencia.

Quice expresar mi confusión y soledad en estas líneas, pero nunca resisto la tentación de cerrar con algun exrito de mis predilectos que automáticamente venga a mi mente:

De que nada se sabe
La luna ignora que es tranquila y clara y ni siquiera sabe que es la luna; la arena, que es la arena. No habra cosa que sepa que su forma es rara. Las piezas de marfil son tan ajenas al abstracto ajedrez como la mano que las rige. Quiza el destino humano de breves dichas y de largas penas es instrumento de otro. Lo ignoramos; darle nombre de Dios no nos ayuda. Vanos tambien el temor, la duda y la trunca plegaria que iniciamos.
¿Qué arco habra arrojado esta saeta que soy? ¿Qué cumbre puede ser la meta?

Borges

3 comentarios:

Sr. Mimo dijo...

Y ya tienes blog bitch. Perdoname por no estar ahí, me ganó la fiesta hehehe y es que las cosas más raras suceden en esos lugares (titanio y lady lo saben)

Y ni yo sé, pero siempre estamos en la busqueda de los demás, siempre, siempre, siempre... queremos estar con alguien

MMBT dijo...

eso es lo mas feo porque checa, te buscan: rechazas. Pero buscas y mira: rechazado!

La gente hace las cosas mas extrañas

Lady Vendetta dijo...

ah ese Borges...si no fuera argentino seria el escritor perfecto...pero ah, pequeñeses. El hombre era un master.